viernes, noviembre 23, 2007

Gafas

Con mis nuevas gafas...

a) Trataré de parecer serio y formal para ver si termino la carrera
b) He aumentado mi cociente intelectual en un 15%
c) Veo fórmulas en la pizarra que hasta ahora permanecían ocultas
d) Soy el nieto que toda abuela querría tener
e) He perdido un 20% de atractivo

miércoles, noviembre 14, 2007

Noviembre

En noviembre pasan muchas cosas. Muchas más que en cualquier otro mes del año. En noviembre empieza a hacer frío de verdad, el gorro de lana me deja marca en la frente y la bufanda, aunque ella lo niegue, trata de ahogarme a traición. En noviembre también colocan las luces de navidad del Corte Inglés, y yo empiezo a escribir pequeños secretos en el vaho de los cristales del autobús. Además cambian la hora, y el sol sale mientras duermo y luego se hace de noche antes de las seis. O al revés, es que nunca lo he entendido. E incluso los duques de Lugo deciden por fin separarse.
Y en noviembre, de golpe y sin avisar, vuelvo a acordarme de ti. Y de las cosas que nunca te dije, los besos que no nos dimos y todo lo que quedó por vivir.
Porque noviembre puede ser muy bonito. O una putada enorme. O, como casi todo en esta vida, las dos cosas a la vez.

viernes, noviembre 02, 2007

Autolesiones

_ Mamá, ven.
_ ....
_ MAMÁ, VEN!
_ ¿¿Qué pasa??
_ No te asustes, pero me he clavado el cuchillo
_ ¡¡¡!!!

Así terminaba (o empezaba, más bien) la noche de ayer. Después de estar toda la tarde haciendo cosas (cosetas) por casa, estaba muertísimo de hambre, así que cogí lo primero que había en la nevera para hacerme un bocadillo: jamón york, queso y pan. Hasta ahí todo correcto. Pero el problema empezó cuando ví que el queso todavía estaba empaquetado en el plástico este que no hay dios que quite. Y es que yo no soy muy amigo de los envoltorios al vacío. Así que cogí un cuchillo con punta, lo metí por una de las esquinas y estiré. Lástima que el queso se escapara como una perra y el cuchillo terminara metido en mi mano izquierda. Tiré el cuchillo al suelo y en un acto reflejo me agarré fuerte por donde se había metido. Y me dió por pensar: ¿Y si quito la mano, empezará a salir sangre como en las películas italianas? Y ahí ya me mareé y llamé a la mamá, que estaba la pobre ya en la cama. Después de darle un buen susto, y de comprobar juntos que la herida era bastante fea, y que no tenía ninguna pinta de cerrarse ni de dejar de sangrar, llamé a Manuel para que me llevara al hospital. Mientras venía metí la mano en agua helada y me hice el contorsionista para ponerme la ropa, porque antes muerto que salir de casa en pijama. En veinte minutos ya estábamos entrando en Urgencias, y allí fuí la estrella absoluta al decirle al recepcionista que me había clavado un cuchillo en la mano, porque TODO el mundo se giró a mirarme (tampoco tenían nada mejor que hacer, o eso o mirar a las gitanas que gritaban, y yo estoy más bueno). Me pasaron adentro, un médico me miró así por encima y luego me tuvieron hora y media esperando. Casi me cicatrizo entero. Después ya me pasaron a la sala de curas, me anestesiaron la mano (que casi fue peor, porque me hicieron muchísimo daño) y luego me pusieron un par de puntos. Yo hice fotos con el móvil mientras el enfermero, que podría haber sido mi abuelo, flipaba. Mientras tanto entraban enfermeras con gafas de pasta que hacían como que preguntaban cosas, pero que en realidad sólo cotilleaban, y la última de todas de paso me dijo que me bajara el pantalón y me la clavó. La antitetánica, se entiende. Y luego ya para casa, a tomar análgésicos para poder dormir.
Ahora me duele la mano. Y el culo. Lo peor.
De todo esto debéis sacar dos conclusiones:
_ Tened cuidado con los cuchillos, que los carga el diablo. Usad cucharas soperas siempre que podáis.
_ No comáis queso, que engorda.