lunes, agosto 27, 2007

Tacón

¿Sabes? Por más que lo intento no consigo recordar la primera vez que me besaste. Probablemente fuera un beso de los de película, de esos en los que el protagonista tiene que agacharse ligeramente. Porque el protagonista siempre es más alto. Un beso de esos en los que siempre llueve, en los que la gente pasa alrededor ajena a ese instante en que los coches y los planetas parecen detenerse. De esos en los un perro ladra, y una Vespa pisa un charco y moja a una señora que se cubre con un periódico. De esos que se dan en el momento exacto, y en los que la chica levanta ligeramente el tacón derecho. Y es que yo siempre he sido muy de levantar el tacón derecho.
Aunque tal vez no lo recuerde porque no ha sucedido. Y porque no sucederá.

sábado, agosto 18, 2007

Luz

Y es que la luz es lo más importante, ¿sabes?. Porque puede hacer que nos pase algo maravilloso. Algo que, si no estuviéramos bien iluminadas, no nos pasaría nunca. Jamás de los jamases. Por eso debemos estar siempre atentas, muy atentas, a la luz. Así que tendremos que evitar que las sombras nos hagan parecer mayores, y que la luz demasiado intensa deje al descubierto todos y cada uno de nuestros poros. Tenemos que difuminarnos, tía. Como si hubiera niebla, algo así. Y nunca, te repito, nunca, debemos estar a contraluz. Porque... ¿crees que Grace Kelly hubiera llegado a ser princesa si hubiese estado medio a oscuras? Pues no. Y Julia Roberts tampoco.
Al igual que ellas, nosotras tendremos nuestro momento algún día. Tan sólo es cuestión de luz. Y entonces, durante un instante, todo el mundo nos mirará. Y aunque les joda, por una vez nos tendrán envidia. Porque no seremos las más guapas, ni las más inteligentes, pero nadie podrá decir que estamos mal iluminadas.

viernes, agosto 03, 2007

Comunicación

En los últimos años se ha producido un gran avance en las tecnologías de la información y la comunicación, también conocidas como TIC. La fibra óptica, los satélites o la telefonía móvil se han hecho hueco con toda naturalidad en las sociedades modernas. Gracias a todos ellos, hechos que en la actualidad parecen totalmente cotidianos unas décadas atrás resultarían simplemente impensables. Hoy las personas pueden, podemos, acceder a cualquier tipo de información de forma inmediata, acudir a reuniones de una multinacional sin movernos del sillón o hablar con nuestros seres queridos aunque se encuentren a miles de kilómetros.
Pero, a pesar de esta enorme vorágine de progreso técnico, sigo sin saber comunicarme contigo. Sin entenderte. Y sin saber de ti.