jueves, noviembre 09, 2006

Recuerdos

Después de esta pequeña temporada sin dar señales de vida por diversas razones, he decidido que no voy a ser yo quien escriba este post: vais a ser vosotros quienes (si os apetece) recordéis en unas pocas líneas algún momento especial en el que yo estaba a vuestro lado (o en el que os hubiera gustado que estuviera)
Un abrazo, un café, un concierto, una fiesta, una sonrisa, unas lágrimas, una tarde de confidencias, una borrachera... Lo más grande y lo más pequeño. Todo vale.
Se abre la veda.
Recordemos juntos.

10 comentarios:

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

He pasado junto a ti diez minutos de lectura mientras desde mi ventana veo amarillear los arces y el revoloteo de las últimas mariposas del año.
Saludos.

*Laura* dijo...

Pues a mi me gustaría pasar un rato contigo el día que venga mi Martini a la capital y podamos tener una noche de juerga, besitos.

NaT dijo...

Y yo que voy a decirte corazón!!??
Lo mejor fueron esas 8 llamadas para poder localizarme y al fin poner vernos. Esa primera e imborrable sonrisa, tan preciosa, que tienes que vi bajando desde la calle. Ese estar tan bien a tu lado, tan cómoda y no pensar que la distancia puede afectar una amistad.
Ese abrazo dado, tan necesario, tan caluroso, tan especial, en medio de la calle al dejarte en un taxi a altas horas de la mañana...
Todas esas cosas vivídas en sólo unas horas y todo lo demás que compartimos día a día.
Un beso enorme mi niño maño.
Ya sabes que te quiero un montón.
Todavía nos quedan muchos renglones que escribir...

Anónimo dijo...

a ver... pues las risas kemandonos kon la gente del cole, o las noches de juerga, o cuando la lorena gorda asqueros me quería pegar jajajaja... o cuando fuimos a ver la peli de Compañeros y poníamos un papel a cada uno de nosotros, o cuando TODO el barrio pensaba k eras mi novio... Es que son muxos, no puedo elegir. Iré pensando, muaksss

Hidroboy dijo...

A mí me habría gustado tener a mi lado ayer por la noche. Porque iba como un cuba y estuve muy necesitado de un amigo al que gritarle "¡No estoy borracho!"

Martini dijo...

Me encantó este post del 8 de junio. De los primero que leí de tí:

Olvidé decirte
Llevaba varias semanas dándole vueltas, y finalmente decidí que anoche te lo diría. Durante horas ensayé en el espejo: había elegido cuidadosamente las palabras, una a una, midiendo su textura, su ritmo y su musicalidad. También había probado distintas entonaciones, y practicado mis mejores gestos. Quería que todo saliese perfecto: había imaginado tantas veces esa conversación en mi cabeza...
Por fin viniste a buscarme: eran las 9 y media. Durante toda la película me limité a sonreír y a comerme las uñas cuando no me mirabas. Debo confesarte que no me enteré del argumento, así que si me preguntas que qué me ha parecido, te responderé con un simple "no ha estado mal..."
Al salir del cine me armé de valor. Pero justo en el momento en que mis labios comenzaron a hablar, una charanga apareció en mitad de la calle, con sus bongos, sus trompetas y sus timbales. Tras ellos irrumpió un oso panda que, cansado de comer bambú a todas horas, se había escapado del Zoo metropolitano para causar el pánico en el centro de la ciudad. Momentos después, un camión de helados volcó al tratar de esquivar a uno de los trompetistas, empapando a toda la avenida (incluidos el oso panda y nosotros) de sorbete de limón y sirope de fresa.
Y ayer, entre tanta confusión, olvidé decirte que te quiero.

Anónimo dijo...

la invitación a nuestra conversación ayer... Hoy me he encontrado con la Mapi, me ha saludado pero no me ha dicho nada, jejeje.

Anónimo dijo...

Yo llegué a ti de una forma extraña y confusa, que no sabría reproducir, porque además me gusta que ese inicio sólo exista en una nebulosa, en un recuerdo difuso, como bañado de nieblas.
Pero reconozco que en seguida me impacto tu ternura y tu poesía. La madurez con la que escogías las palabras y la exactitud con las que las ordenabas. La limpieza de tu mirada y de de tu sentimiento. Cosas que, más tarde, he podido ir confirmando una a una en nuestra relación (algo más) personal a través (tantas ya) conversaciones por la red.
Ayer, mientras volvía de viaje y el avión sobrevolaba claramente Zaragoza, como si fuese un juguete luminoso que puedes alcanzar con la mano, me acordé de ti, y pensé que me gustaría soplar un poco la niebla, acentuar la luz en tu mirada... Esta semana tengo el reto de intentarlo, si me dejas. Las calles de Madrid esperan algunos paseos, más palabras aún, y quizá alguna de esas sonrisas de las que me han hablado por ahí. Quizá alguno de esos momentos valga para rellenar en el futuro un nuevo post como éste que nos dedicas.
Gracias de corazón.
Un gran abrazo, guapo

Javier Herce dijo...

Yo recuerdo una tarde-noche en el Acuarela. Fue muy, muy especial y espero que se repita.

Frank Palacios dijo...

Nos tomaremos ese café con crema y naranja en ese sitio tan cool que te comenté, cuando te pases por Madrid. Gigi también se apunta, que lo sepas, así que no grites ¡EL DE PEPE CAR!, porque es Gigi, neeenaa...