lunes, marzo 13, 2006

Simplemente amor

Hace ya varios meses pasé la noche ingresado en las urgencias de un hospital cualquiera de mi ciudad (por ahí circula alguna foto que acredita lo estupenda que me quedaba la bata azul con el culo al aire...)
Durante esa noche circularon ante mis ojos numerosas imágenes que para mí personificaban el amor. El auténtico amor, con todas sus variantes y matices.
Desde mi cama pude observar cómo a mi lado un chico joven cuidaba con esmero durante horas a su novia, y cómo con impotencia trataba de aliviar el sufrimiento de ésta. Le servía un vaso de agua, le secaba la frente, le colocaba mejor la almohada. Y la miraba. La miraba con el miedo de que ésta pudiera desaparecer. Les quedaban tantas cosas por hacer juntos...
Mientras tanto una señora daba conversación a su hermana o amiga, que estaba postrada en la cama, tratando de hacerle esas horas un poco más agradables, amenas, llevables en su compañía. Y le acompañaba al baño, y le hablaba de lo que bien que lo pasarían en cuanto salieran de aquel lugar...
También pude ver cómo mi madre recostaba su cabeza sobre mi cama, toda la noche junto a mí, intentando parecer tranquila, aun cuando estaba mucho más nerviosa que yo. Y cómo se negó ante mi insistencia a marcharse aunque fuera para dormir un par de horas, siendo que al día siguiente entraba muy temprano a trabajar.
Y también recuerdo cómo Manuel me daba la mano, y me llamaba después al móvil cada hora (y yo se lo cogía disimulando, y hablando bajito porque allí no se podía) Y cómo yo trataba de quitarle hierro al asunto, porque con una sonrisa y un par de frivolidades todo parece volverse más sencillo. Y también cómo muchas personas vinieron a verme (algunas desde muy lejos), e interrumpieron en ese momento sus vidas para interesarse por mí...
Al día siguiente yo volví a mi casa. Jodido, pero volví.
Y mientras me marchaba de aquella sala no pude evitar mirar a mi alrededor, y desearle a todas aquellas personas lo mejor...

3 comentarios:

oisin dijo...

En ese tipo de situaciones,esas personas,se vuelven tuyas por algunas horas (o días)...y luego,no las vuelves a ver,y probablemente,no los recordarás,ni ellos a tí...es curiosos esto...

NaT dijo...

Hola Naxo!! hace días que no te digo nada, pero sigo leyéndote, ehhh.
A veces hay pequeñas muestras de cariño que nos llegan al fondo del alma. Esa mano que nos agarra, ese hombro que nos sirve de muleta para movernos, esos ojos prestados cuando no vemos, esa sonrisa que se nos acaba... hace que creemos un círculo invisible con las personas.
Un beso!

Naxo dijo...

Sí que son situaciones extrañas, Rubn, durante unas horas esas personas forman parte de tu vida, para después no volver a verlas... Pero algún tipo de rastro dejan en nosotros.

Hola Nat!!! Yo también te sigo la pista, aunque a veces esté calladito! jejeje
En muchas ocasiones (la mayoría, diría yo) son los pequeños gestos los que demuestran los grandes sentimientos.

Besotessssssss :-p