martes, enero 24, 2006

Reflejos

Hace ya unos cuantos meses que fui con mi mejor amiga a un coloquio sobre la película Princesas. La charla tuvo lugar en mi facultad, en un ciclo de cine que hacen durante todo el año, y vinieron Fernando León (el director) y Candela Peña (soberbia interpretación...).
Durante un par de horas estuvieron hablando sobre el rodaje y sobre la película, la gente les hizo sus propios comentarios, más o menos afortunados (hubo un par de frases que le sentaron especialmente mal a la actriz, y con razón) y ellos estuvieron contestando como pudieron.
Todo esto que estoy contando viene a raíz de un comentario que surgió esa tarde durante la charla, y al que le he estado dando vueltas todo este tiempo.
La idea en cuestión es el rechazo que muchas veces nos producen personas de nuestro entorno más cercano (padres, hermanos...) y que probablemente se produce porque vemos reflejados en ellos todo aquello que no nos gusta de nosotros mismos.
El comentario surgió cuando Fernando León comentaba el papel de Caye, y cómo ésta se siente violenta y nerviosa cada vez que se relaciona con su madre. Esto se debe en parte a que ve en su madre una especie de espejo en el que mirarse, y del que no le gusta el reflejo que le devuelve, ya que en él sólo ve soledad, pena y un vacío vital que le lleva a hacer cosas irracionales, como mandarse a sí misma ramos de flores haciéndose pasar por un admirador secreto...
He reflexionado mucho sobre todo esto, y he llegado a la conclusión de que a todos (o casi todos) en mayor o menor medida, nos invade alguna vez esta clase de sentimiento. Al menos a mí es un sentimiento que a veces me absorbe y me lleva a una espiral de malestar de la que me es difícil salir durante varios días.
En mi caso, esa situación de "rechazo a mi propio reflejo" me ocurre con mi madre. Somos dos personas muy parecidas, muchas veces pensamos igual, actuamos igual... y me duele profundamente ver que no le ha terminado de ir bien en la vida, que probablemente se merecía algo mejor, que es una persona maravillosa pero que está bastante sola... Y siento que no quiero que me ocurra lo mismo a mi, y pienso que lo más probable es que al final me suceda...
En fin, todos estos pensamientos son bastante complicados de expresar por escrito, pero sirve para desahogarse, que no es lo de menos.
Besos

4 comentarios:

Javier Herce dijo...

Cada uno tenemos que ser capaces de llevar las cosas por nuestro camino. Si no quieres que te sucedan ciertas cosas, haz halgo para ello.

Por cierto, interesante blog.

NaT dijo...

Pues sí debí de encontrarte en casa de Luigi o en alguna otra de este grupo de locos XD

A mi cada día me da más miedo parecerme a mi madre cuando sea mayor... al menos en algunas cosas, porque para otras... ¡¡la admiro demasiado!!

Besos

Anónimo dijo...

Estas viendo que vas a acabar solo.... ¿por qué? ¿Qué estas haciendo para creer que la gente, tarde o temprano, se alejará de tí?
Cambia. Estas a tiempo. Tienes en tus manos tu futuro.
Evita que esto sea la crónica de una "muerte" anunciada y asegura a la gente que te rodea, asegúrate compañía siempre.
Solo tienes que saber tratar a las personas, mantener su confianza y su cariño. Y sobre todo, tener un poquito de humildad...

Naxo dijo...

En este post sólo he querido reflejar los pensamientos más negativos sobre ese tema que me vienen a la cabeza en determinados momentos (no habitualmente).
Después trato de sacarle el lado positivo a todo ello, e intento que me sirva como experiencia para no caer en los mismos errores.
Creo que, como todos, tengo mis fallos (un montón) y también mis virtudes (otras tantas), y trato de cambiar las primeras y de potenciar las segundas, en todo lo que está en mi mano.
De todas formas, pensándolo en frío, orgulloso tendría que estar si consiguiera llegar a la altura y calidad humana de mi madre.

Por cierto, muchas gracias por lo de interesante! ;-) Besos