lunes, enero 30, 2006

Silencios

Esta tarde he pensado en todas aquellas cosas que no hemos dicho hasta ahora, y que probablemente no llegaremos a decir nunca.
He pensado en los silencios, y en los sentimientos que día tras día guardamos en nuestro interior y que terminan languideciendo al no llegar jamás a ver la luz.
Muchas veces nos callamos por evitar enfrentamientos (esa odiosa sensación de tener que mordernos la lengua), otras por no hacer daño, y otras muchas (la mayoría, para ser sinceros) por pura cobardía. Por el miedo que nos da el hecho de enfrentarnos al mundo, de decir nuestras verdades tal y como vienen a nuestra cabeza y a nuestro corazón.
¿No seríamos más felices, o como mínimo un poco más libres, si decidiéramos abrir todo nuestro ser al resto del mundo, aun a riesgo de los golpes que pudiéramos recibir? Yo apostaría a que la respuesta es un sí...
Hace pocos días ví una película, En la ciudad. Está dirigida por Cesc Gay, y en ella retrata la vida de un grupo de amigos de clase acomodada en la gran ciudad (en este caso, Barcelona)
Esta película habla de las relaciones, las infidelidades, las mentiras, la soledad, los deseos que guardamos en secreto...
La verdad es que la película en general no terminó de llegarme, pero hubo partes que sí me llamaron la atención y me sirvieron para reflexionar sobre los silencios y las cosas que jamás reconoceremos:

En la película, Irene tiene treintaytantos, está casada con Manuel, y tiene una hija de 5 años. Irene es la responsable de un museo, y un día cualquiera se encuentra con una antigua compañera de facultad, por la que se sintió fuertemente atraída años atrás. Acepta su invitación para tomar café, y juntas se dirigen a casa de la chica para recordar viejos tiempos.
Allí Irene observa todo lo que le rodea: es una casa cálida, acogedora, en la que se percibe el aroma de la libertad, de la sinceridad, de la ausencia de prejuicios... Es una casa muy distinta a la suya, tan llena de convencionalismos, de verdades ocultas. La conversación fluye entre ambas, más tarde continúa bajo las sábanas, y horas después Irene se marcha.
Irene comienza a pensar en qué le faltó para dar ese paso que la diferencia y aleja tanto de su anterior compañera. Qué ocurrió para que los caminos de sus vidas tomaran rumbos tan diferentes... ¿Había sido una cobarde? ¿No había sido capaz de tomar las propias riendas de su vida? ¿Por qué no pensaba en sí misma alguna vez?
Irene decide escapar, marcharse lejos abandonándolo todo. Irene dejará su vida, se marchará con las manos vacías, sin rendir cuentas a nadie y sin hacer ruido...
Irene lo tiene claro, ya nada la detendrá: ni sus amigos, ni su marido, ni siquiera su encantadora hija.Irene ha decidido comenzar a vivir.
El mismo día de su cumpleaños, Irene se marchará para no volver.
Irene llega a su casa, nerviosa, extasiada en su locura. Irene comienza a amontonar su ropa en una pequeña maleta. De repente, algo la detiene. Es la voz de su marido: "¿Te vas a algún sitio?", pregunta con mirada de interrogación... "Ven un momento, Irene, tengo que enseñarte algo..."
Irene le sigue cabizbaja a la terraza. "¡Sorpresaaaaaa!! "
Irene observa estupefacta cómo, alrededor de la mesa, todos sus amigos sonríen, le miran, y le cantan a coro un cumpleaños feliz que retumba en sus oídos como la más terrible de las melodías.
Irene no es capaz de articular palabra. A duras penas, consigue esbozar una medio sonrisa y sentarse en la única silla que queda libre.
Momentos despúes, aparece la tarta. Besos, abrazos, conversaciones confusas...
Irene rompe a llorar. Se hace el silencio en la estancia. Nadie se atreve a decir nada.
Irene percibe el fracaso de su frustrada huída, y pierde todo el valor que momentos antes la empujaba a escapar...
Irene seca sus lágrimas, afirma a los comensales estar emocionada por haberse acordado de su cumpleaños, da un beso a su hija y se prepara para apagar las velas...

9 comentarios:

oisin dijo...

Creo que desde hace bastante tiempo,me siento Irene,muy Irene,pero creo que como el post decía,hay un momento en el que decides comenzar a vivir,y creo que en ese momento no importa lo que te digan...muy bonito Naxo,en serio.Besotes

Naxo dijo...

Todos hemos tenido alguna vez, en mayor o menor medida, una Irene en nuestro interior. Esas ganas de cambiar las cosas, esa sensación de descontento, insatisfacción, vacío...
Muchas gracias nen! ;-)

belga_seg dijo...

"Recojo los silencios que perdí por cobardía, mientras suenan golpes secos de tu olor en la mesilla..."
Yo acumulo silencios en una cajita... la verdad es que muchas veces me gustaría decir muchas cosas, pero por temor me las callo. Suelo adelantarme a los acontecimientos y eso no es bueno... pero bueno, soy así qué se le va a hacer. Sólo en ese aspecto de mi vida no estoy muy contenta conmigo misma... pero en fin... Un día dejé escapar uno de esos silencios y no salió como había pensado. Quizás eso te hace ser más reticente a ir soltando los silencios y más propensa a ser cobarde...

Naxo dijo...

Mejor no acumular silencios en una cajita... al cabo del tiempo se escapan por las ranuras, y puede que fueran importantes...
Aunque una vez te atrevas a gritar un silencio y no salga demasiado bien, no es motivo para dejar de intentarlo con todos los demás...
aunque esto es aplicable a todo
Un abrazo silencioso ;-)

belga_seg dijo...

"hay cosas que nunca se dicen y mueren en los corazones"..... si ya lo dijo el maestro una vez, pero hijo mío, yo es que misteriosamente soy timida para unas cosas y no para otras... en fins!besotes

oisin dijo...

"EL SILENCIO ES LA FORMA MAS ELOCUENTE DE MENTIR"

Esto es de una canción de Bebe,y creo que está en lo cierto.Es que esto de los silencios,es muy relativo,si los dices,porque es mejor callarlos,si no los dices porque no tienes valor y es mejor callarse,y si no los dices nunca te quedas sin saber qué habría pasado,pero a veces es mejor decirlo aunque no pase nada......me estoy rayando....jajaja.Un beso!

Anónimo dijo...

En la vida siempre tendremos, el sí lo hubiera hecho? o si lo hubiera dicho?...

Pero creo que la peli no va de los silencios, mas bien va del valor, del valor con los demás y el valor para con si mismo...

Si una persona no es capaz de llevar las riendas de su vida, esa persona vivira abocada al fracaso siempre... por mucha familia, amigos o trabajo que tenga... siempre será infeliz...

Lo importante es saber que se quiere y saber que es el camino correcto para tu felicidad y luchar para conseguirlo... pero eso desde ya... pq luego como le pasa a Irene jamás tendrá el valor de realizarlo..

Saludos

Naxo dijo...

Pienso que está todo muy relacionado, Maki... el valor de romper los silencios, tanto los que guardamos en relación con los demás, como los silencios que tenemos con nosotros mismos (todas aquellas cosas que no queremos reconocernos...)
Tienes razón, tenemos que ser los principales arquitectos de nuestra vida, hacerla nuestra mayor obra para que estemos orgullosos del resultado...
Os dejo que se me va la pinza! Besos! :)

Anónimo dijo...

Supongo que soy una persona que calla pocas cosas sin trasendencia. Porque en la intimidad de mi ser se que oculto mas de lo que muestro aunque aveces parezca que cuente mucho, solo yo se que no digo nada. Mucho ruido y pocas nueces .El silencio en ocaciones es seductor, en otras es perberso e hirinte.Me quedo con el silencio que deleita y con la esperanza de algun dia poder gozar de un silencio compartido.bsits